Descripción del problema
Hoy en día, uno de los problemas más relevantes de España se relaciona con la vivienda, concretamente, el exceso de demanda, la falta de oferta, los altos costes, la legislación inadecuada o ineficiente, la confrontación de intereses de diversos actores como el Estado, los bancos, los grandes tenedores, las personas, etc.
Las consecuencias son sufridas por los diferentes grupos poblacionales; entre ellos, los jóvenes ilusionados por la independencia se dan cuenta de que acceder a esta es una tarea muy complicada, las familias se ven ahogadas por las subidas de precios, dificultando la satisfacción de las necesidades básicas de los miembros; las personas mayores cuyas pensiones no pueden hacer frente a esta nueva realidad.
Estas adversidades hacen surgir sentimientos como el estrés y la frustración manifestados en la búsqueda sin cesar de un hogar, lo cual provoca incertidumbre, pues no se sabe si podrás acceder o permitirte una vivienda. También se acentúa el conformismo, conllevando la aceptación de precios desorbitados o malas condiciones, con tal de poder tener una vivienda. Y finalmente la pena, la irritabilidad y la incomprensión.
En concreto, Canarias es una de las Comunidades Autónomas más afectadas, debido, por un lado, a sus limitaciones territoriales, pues el archipiélago posee una extensión que no puede ampliarse, una ordenación del territorio compleja, un relieve que dificulta la construcción. Y, por otro lado, un aumento poblacional combinado con la intromisión turística que cada vez es más masiva.
A razón de los motivos expuestos, se esperan soluciones; medidas que, si se llevan a cabo, solventen el problema de manera eficaz y efectiva.
Propuesta de solución
Nosotras proponemos recurrir a la expropiación forzosa de inmuebles.
La justificación de esta medida se encuentra en el artículo 33.3 de la CE. La Administración Pública cuenta con la potestad expropiatoria, es decir, puede privar a una persona de su propiedad por motivos de utilidad pública o interés social, con el correspondiente derecho a indemnización.
Sin embargo, no deberíamos centrarnos solo en particulares, sino que, además, debemos poner el foco en los “grandes tenedores”: promotores inmobiliarios o entidades bancarias que cuenten con gran número de viviendas desocupadas. Esta solución se desarrollará del siguiente modo:
1. Identificación de propiedades candidatas:
Debemos realizar un censo exhaustivo de las propiedades que se encuentren “vacías” en zonas de especial interés (urbanas y periurbanas). Para ello utilizaremos Sistemas de Información Geográfica para localizar las propiedades en cuestión. Seguidamente, procederá una selección entre viviendas desocupadas por un periodo determinado de tiempo y propiedades en estado de abandono.
2. Participación ciudadana:
Para conseguir éxito con esta medida, debemos someterla a consulta pública; que sean los ciudadanos los que tengan toda la información sobre el proyecto, que sean partícipes. Así, mediante transparencia, conseguiremos la implicación ciudadana y se podrá atender a los intereses y sugerencias de ésta.
3. Evaluación y justificación:
A continuación, procederá una evaluación técnica de las propiedades para determinar el grado de habitabilidad que tienen, y en su caso, hacer las mejoras pertinentes para que lo sea.
Con esto se pretende acabar con las desigualdades y así conseguir justicia social y equidad, mediante la garantía de una vivienda digna. La idea es que estas viviendas sean usadas en beneficio de los más necesitados (estudiantes, mayores, personas en riesgo de exclusión social, etc.) es decir, viviendas de interés social.
4. Compensación justa:
La figura de la expropiación lleva consigo una indemnización. Para ello se ha de contratar el valor de mercado de la propiedad, garantizando de este modo una compensación justa.
Igualmente, podrían existir otras alternativas, como pueden ser acuerdos de permuta, ofrecer incentivos fiscales o proponer inversión de los propietarios como parte de la compensación.