Descripción del problema
En Canarias el sector primario nunca ha sido uno de los cimientos de la economía, aunque ahora tiene más problemas debido a la escasez de interés de la población joven en este ámbito, el envejecimiento de la mano de obra, además de los efectos debidos al clima (sequías, cambios bruscos de temperatura, etc.), y los costes de producción, de importación y exportación de productos.
Por otro lado, con el pasar de los años se ha ido perdiendo la costumbre de consumir el producto local, lo que contribuye a la inflación. Tras las crisis de la Covid-19, el volcán de La Palma o la guerra de Ucrania, el sector primario en Canarias se ha visto hostigado. Los productores se preocupan por la supervivencia y rentabilidad de sus negocios, que en muchas ocasiones les da únicamente beneficios para asumir los costes de producción.
Además, la gente joven lentamente ha ido abandonando el campo para irse a las ciudades a buscar oportunidades, lo que conlleva una media de edad muy alta en este sector. Todo esto es debido a la poca rentabilidad y beneficios de los negocios, así como las pocas facilidades que les dan a los jóvenes, por lo que las empresas del sector primario se han visto obligados a pedir ayudas, ya que sin estas no subsistirán.
En conclusión, en Canarias existen múltiples factores que amenazan al sector primario, entre los cuales se encuentran los mencionados anteriormente, desde el desinterés de la población joven, el envejecimiento de la mano de obra y los efectos adversos del clima, hasta los altos costos de producción, importación y exportación. Todos estos factores provocan un aumento en la inflación de los sectores agrícolas y ganadero. Sin embargo, dichas amenazas no han podido ser contrarrestadas pese a las ayudas públicas, y es crucial implementar políticas y medidas que promuevan la sostenibilidad y el desarrollo de este sector vital para la economía de las islas, frenando así la creciente inflación.
Propuesta de solución
Algunas medidas para paliar el desinterés de la población joven pueden ser: la creación de programas de capacitación y asesoramiento para jóvenes que se encuentren interesados en iniciar negocios agrícolas o ganaderos, proporcionándoles asistencia técnica para la elaboración de planes de negocio; implementar la provisión de subvenciones o ayudas económicas para la puesta en marcha de proyectos y facilitar préstamos. Además, ofrecer formación empresarial a través de talleres y cursos prácticos sobre planificación financiera, marketing y ventas adaptados a la realidad agrícola, o mentores expertos disponibles para ofrecer orientación personalizada a los jóvenes emprendedores. También se podría crear redes de apoyo y asociaciones entre la población joven agricultora o asociaciones locales que promuevan la contribución y el intercambio de recursos entre los miembros.
Para disminuir los efectos adversos del clima se podría promover el desarrollo de planes de gestión de riesgos y programas de seguros agrarios que cubran pérdidas por eventos climáticos adversos.
Interesaría llevar a cabo una gestión de residuos y sostenibilidad, mediante el desarrollo de planes que promuevan prácticas sostenibles y respetuosas con el medio ambiente, y a través de la capacitación de jóvenes emprendedores en técnicas de agricultura y ganadería ecológica para minimizar el impacto ambiental.
En cuanto a la producción, exportación e importación de productos locales, una solución puede ser el implementar incentivos fiscales para los productores locales, como una reducción de impuestos sobre la renta, promoviendo de esta manera su consumo, y creando una mayor competitividad en el mercado contra los productos importados, También se puede promover la creación de redes y cadenas de distribución local que faciliten la comercialización directa al consumidor de estos productos a través de ferias, mercados locales y plataformas online, de manera que los costes de distribución se vean reducidos drásticamente, y estos productos sean más accesibles.