ReBrota

Ámbito: Sector Primario
Representante del Equipo: Jonás González Brito
Otros Miembros del Equipo: Noelia Francisca Artiles Díaz, Ainara González González
Titulación: Grado
Grado/s: Grado en Psicología

Descripción del problema

El desperdicio alimentario en Canarias es un problema significativo que no solo afecta la economía de los agricultores, quienes pierden grandes sumas de dinero al no poder vender ciertos productos debido a su aspecto o a la falta de canales de comercialización, sino que también tiene un impacto negativo en el medioambiente y en la sociedad canaria en general. Según estudios recientes, en el archipiélago se desperdician aproximadamente 75.000 kg de frutas, verduras y hortalizas cada mes, una cifra alarmante dada la vulnerabilidad del ecosistema insular y la dependencia de la importación de alimentos.
En el sector agrícola, una gran cantidad de frutas y hortalizas son desechadas antes de llegar al mercado simplemente por no cumplir con los estándares comerciales de tamaño, peso o estética, lo que representa una parte importante del desperdicio total. Además, otros productos, aunque aún aptos para el consumo, no logran venderse debido a fechas de caducidad estrictas, lo que provoca su descarte incluso cuando todavía son comestibles. Por ejemplo, Mercatenerife, entidad que controla el mercado insular, aplica estas prácticas al determinar qué productos se destinarán a la venta en mercados y supermercados de la isla.
Por otro lado, muchos agricultores y ganaderos en Canarias enfrentan serias dificultades económicas, ya que, como se ha mencionado, no consiguen vender sus productos en el mercado tradicional. Aunque intentan comercializarlos a través de plataformas en línea o pequeños canales de distribución, la falta de apoyo y visibilidad limita sus posibilidades de llegar a más consumidores. Además, el producto local suele ser más caro que el procedente de la península o importado de otros países, lo que dificulta su competitividad. En muchas ocasiones, estos productos no cuentan con estrategias de promoción efectivas antes de alcanzar su fecha de caducidad, lo que agrava el problema del desperdicio y la falta de ventas. Esta situación pone en riesgo la sostenibilidad de la producción local y de del medioambiente en general.

 

 

 

Propuesta de solución

Ante el problema del desperdicio alimentario en Canarias, proponemos el desarrollo de una aplicación que sirva como punto de encuentro entre agricultores, ganaderos y consumidores. A través de esta plataforma, los productores podrán anunciar aquellos productos que, por razones estéticas o por no cumplir con los estándares de peso y tamaño exigidos por los supermercados, no logran vender en los canales tradicionales. Estos alimentos se ofrecerán a precios reducidos, haciéndolos más accesibles para personas con bajos recursos, estudiantes o cualquier persona interesada en adquirir productos frescos y de calidad a menor costo. De este modo también se fomentaría el consumo de productos locales, fortaleciendo la economía de los pequeños y medianos productores. Además, quienes no puedan recogerlos en persona tendrán la opción de adquirirlos con envío a domicilio a un precio ligeramente superior, con la entrega gestionada por un transportista, que podrá ser el propio agricultor o ganadero, o contratar a alguien, siendo una oportunidad para otras personas de generar ingresos al tomar esta labor de transporte. Siendo tanto una oportunidad económica para el sector como una forma de educar y concienciar sobre la importancia de este ámbito.
Además de la compra y venta de productos agrícolas y ganaderos, la aplicación ofrecerá una sección dedicada a experiencias agroalimentarias. Los productores tendrán la oportunidad de lograr ingresos organizando visitas guiadas a sus campos o granjas, donde los visitantes podrán conocer de cerca el proceso de cultivo, cosecha y producción. Estas experiencias no solo permitirán que el público valore más el trabajo del sector primario, sino que también servirán como una fuente de educación y concienciación sobre la importancia de la producción local y sostenible.
En el caso del sector ganadero, por ejemplo, los productores podrían ofrecer actividades interactivas como demostraciones de ordeño, talleres sobre la elaboración de quesos artesanales y catas de productos frescos y, al finalizar la experiencia, podrían comprar directamente los productos degustados.
La aplicación se dará a conocer por medio de publicidad en redes sociales (sobre todo para los consumidores), y yendo a las granjas y cultivos para contactar directamente con los agricultores y ganaderos interesados. Esperamos también financiación del Gobierno de Canarias para el mantenimiento de la app.

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